miércoles, mayo 04, 2005

Sobre el origen de la idiotez y el deber del escritor

Las dictaduras fomentan la opresión, las dictaduras fomentan el servilismo, las dictaduras fomentan la crueldad; más abominable es el hecho de que fomentan la idiotez. Botones que balbucean imperativos, efigies de caudillos, vivas y mueras prefijados, muros exornados de nombres, ceremonias unánimes, la mera disciplina usurpando el lugar de la lucidez... Combatir esas tristes monotonías es uno de los muchos deberes del escritor.

2 comentarios:

Miguel Rodríguez Mondoñedo dijo...

Una pregunta, Daniel.
Eso lo escribió Borges cuando lo botaron de la Biblioteca. Es claramente contra el peronismo. Sin embargo no parece que haya opinado lo mismo cuando se dejó condecorar por Pinochet, a quien elogió efusivamente.
¿Cómo se reconcilian esas posiciones? ¿Estaba bromeando con Pinochet (como García Márquez ha sugerido)? ¿O cambió de opinión? ¿Donde queda esa aludida interconexión entre su literatura y su ética?

Daniel Salas dijo...

Miguel:
Es verdad que eso lo escribió después del infame episodio por el cual lo botaron de la biblioteca. No solamente eso, su madre estuvo en prisión varios meses. Por aquel entonces, Borges mantenía una posición clara contra las dictaduras y, especialmente, contra el nazismo y el antisemitismo. Pero también, a veces se olvida, contra el comunismo.
Al caer Isabel Perón (también conocida como Maria Estela Perón), manifiesta una alegría "casi física", usando la misma expresión a la que recurrió cuando describió su regocijo por la liberación de París. Ahora bien, muchos argentinos (incluyendo mi madre, que venía de una familia de clase media, no aristocrática) celebraron el golpe de Videla. El gobierno de Perón-Perón debió de haber sido, hasta ese momento, uno de los más corruptos y sanguinarios en la historia de Argentina. El "Brujo" López Rega, ferviente anticomunista, había empezado ya durante aquel régimen infame un baño de sangre. Lamentablemente, sabemos lo que pasó después: el terror que impusieron Videla, Galtieri y Viola, quienes han terminado en prisión. Al producirse el golpe de Videla, tuvieron que echarse abajo al Brujo, un hecho paradójico, debido a que, precisamente, uno de los objetivos de la nueva dictadura era acabar con los peronistas de izquierda y los comunistas, tarea a la que López Rega se había encomendado con peculiar y cruel entusiasmo. El desprestigio del Brujo era tal, que tuvo que ser deportado.
Borges, como repito, era un antinazi pero también un anticomunista, que terminó descreyendo de la democracia, debido a la deformación populista a la que puede conducir. No conozco las declaraciones de García Márquez, que le hacen un gran favor. Es verdad que Borges era un gran bromista, pero no veo modo de vindicarlo de haber aceptado una medalla de un enemigo de la inteligencia como Pinochet. Sin embargo, recordemos que aceptó firmar una declaración protestando por los desaparecidos durante la dictadura militar. Borges era en aquel momento una figura intocable y sabía muy bien que su firma tenía, debido a su conocido anticomunismo, mucho significado.